Hace poco una amiga me comentó si era muy difícil hacer galletas. Y yo le contesté que a mí no me lo parecía, pero que igual yo estaba muy acostumbrada a hacerlas y quizás fuera por eso.
Le dí la receta de las galletas, pero por alguna razón, no le acababan de quedar bien.
Y me comentó que por qué no le hacía yo la masa de las galletas y ella únicamente se dedicaba a hornearlas.
Y así hice. Le pasé la masa y le llevé mis cortadores. Estiró la masa, cortó las galletas y las horneó a 180º durante 15 minutos.
Y le quedaron estupendas.
Así que podría ser un regalo estupendo para cualquiera que quiera empezar a hacer sus pinitos.
Se empieza por llenar la casa del mágico olor de las galletas y ya no se puede parar.
El bote que yo le llevé no era tan bonito como éste, pero sería algo así:
¡¡Besos y feliz navidad a todos/as las galleteras!!
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